Por Juan Francisco Baroffio
PORTA, Milagros: Aguamala. Buenos Aires. Hexágono Editoras, 2022.
Hay algo monstruoso o maravilloso en lo cotidiano. No siempre podemos verlo o identificarlo. Muchas veces, ni siquiera somos conscientes de su latencia. Pero está ahí. En lo más pequeño, en lo más prosaico.
Los nueve cuentos que forman parte de Aguamala, ópera prima en narrativa de Milgaros Porta, exploran ese espacio que subvierte la cotidianeidad de la existencia.
Milagros secretos, herencias que se cargan como una maldición, viajes por paisajes monótonos, una cabaña de cristal, son apenas el breve catálogo de espacios y tramas que esperan al lector en las páginas de este libro editado por Hexágono Editoras, que siempre apuestan por voces originales que se cuelan en nuestras bibliotecas como una bocanada de aire fresco.
Son instantes narrativos. Cada cuento pareciera un vistazo a una realidad que se basta a sí misma. Y comienzan en forma templada, como si una luz muy tenue comenzara a iluminar una habitación. Las sombras retroceden con lentitud, como si se difuminaran. Pero sin desaparecer. Es que los personajes de estos textos de Porta, conviven con algún tipo de fragilidad. Algo que los mantiene en vilo constante y que siempre está amenazado con romperse.
Son instantes narrativos que en la apariencia de historias mínimas camufla trasfondos de una densidad que sorprende. Y sus finales, no son una conclusión. Son un silencio ante otra historia que comienza.
Hay otro punto en el que la autora obtiene sus merecidos elogios. La técnica narrativa con que construye sus historias es impecable. Los hilos y los recursos, los trucos de escritor, no se pueden ver a simple vista. Están bien escondidos y no interrumpen la naturalidad con que un cuento tiene que envolver al lector y hacerlo parte de su universo y de sus reglas. Y estos instantes narrativos lo logran en cada lectura.
Para leer en sintonía:
Dioses inmutables, amores, piedras, de Lolita Bosch (Océano, 2016): la autora indaga simultáneamente la ficción autobiográfica, la indagación histórica como pretexto para hurgar en la psique, el poema en prosa y la reflexión sobre la escritura misma y su relación con la memoria y la identidad.
Parte doméstico, de Oliverio Coelho (Emecé, 2009): mundos góticos donde ni la piedad ni la razón existen. Los hombres sucumben ante la cobardía, la mendicidad gozosa, las transacciones nefastas, la retirada del amor, o ante un fatal y lamentable esnobismo artístico.
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