Por Juan Francisco Baroffio
Vamos al teatro y te contamos todo.
Cada uno es el creador del amor. No importan los Romeos y las Julietas. Cada persona es el factótum del amor. Y esa experiencia, que puede ser tortuosa o feliz, también puede ser trágicamente divertida.
Chaco arde es, como dice en la cartelera, un melodrama queer musical. Pero también es una bizarra historia de amor y venganza. Sandra y Alejandra, dos amigas que fueron el chivo expiatorio de crueles compañeros de secundaria, deciden emprender un viaje interminable hasta el caluroso Chaco para arruinar el casamiento de Pao. Pao, ese nombre que suena a obsesión y a grito de auxilio en los labios de Sandra.
Dos amigas que fueron descartadas por sus compañeros. Dos marginales que pululaban en busca de aceptación y del amor adolescente. Pero lo que en Sandra es obsesión por Pao, en Ale es una devoción silenciosa y fiel por Sandra.
Micaela Fariña y Mariana Ortega cargan, a la perfección, sus vestidos exagerados y todo el humor y drama de la obra. Acompañadas por una guitarra (y hay que destacar la voz de Mica Fariña, que puede ser potente o delicada, según lo requiera la interpretación) nos cantan sus penas, obsesiones, alegrías y esperanzas. Pero todo atravesado por el recuerdo de un viaje de egresados (que ya la mayoría de los argentinos sabe de los culebrones que encierra en la vida adolescente) y una accidentada travesía por rutas argentinas al estilo Viaje de amor y locura en las Vegas.
El clima de road trip caótico se logra también gracias a la escenografía diseñada por Lula Rojo, responsable también del diseño escenográfico de la recordada 8433 Oscar Wilde (2017). La funcionalidad del decorado, que permite los cambios de vestuario en escena, funcionan a la perfección para darnos esa sensación de que el viaje, en cualquier momento, «pisa la banquina y se va al pasto». Juega su parte, no se puede olvidar, el diseño de luces de Samir Carrillo.
Por su parte, el guion lleva tres firmas de renombre en diversas obras del circuito del teatro independiente: Belén Amada, Gonzalo Quintana y la misma Fariña. Y estos talentos logran amalgamarse, fusionarse, para presentarnos un musical que funciona en todos los sentidos. La acertada dirección de Quintana en esta puesta en escena en Tadrón Teatro nos recuerda toda la vitalidad y originalidad que tiene el circuito off de Buenos Aires.
Dramaturgia:
Belén Amada, Micaela Fariña, Gonzalo Quintana
Actúan:
Micaela Fariña, Marina Ortega
Diseño de vestuario:
Mailen Calvo
Diseño de escenografía:
Lula Rojo
Diseño de luces:
Samir Carrillo
Visuales:
Eliana Agüero
Fotografía:
Gastón Marín
Diseño gráfico:
Roy Cifre
Asesoramiento De Movimiento:
Sebastián Villagra Actor
Asistencia técnica:
Josefina Bonnet
Asistencia de dirección:
Belén Amada, Kika Monte
Coreografía:
Sebastián Villagra Actor
Dirección:
Gonzalo Quintana
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