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Foto del escritorUlrica Revista

"Jardín junto al mar" de Mercé Rodoreda

Actualizado: 10 jul 2020

Por Canela (Gigliola Zecchin)


<<Si no escribo me muero>> decía en catalán Mercé Rodoreda, sacudiendo su melena blanca y fumando un cigarrillo tras otro. Su secreta rebeldía permite entender por qué las feministas le rinden culto. En Jardín junto al mar (Edhasa, 2019), su primera novela de posguerra, pone una cita que define la agudeza de su escritura: "Dieu est au fond du jardin " (Robert Kanters).

En una prosa tensa y cálida como seda al sol, Rodoreda elige una voz, la del jardinero (un Dios sencillo y hondamente humano).

Todo sucede en esa casa a la orilla del mar de gente rica, perezosa. En varios veranos y un invierno terrible. Él conoce a los señoritos desde recién casados y es testigo entre hojas caídas y floraciones del curso de ese vínculo. Cuenta lo que ve.

Una joven esposa, lánguida y callada. La mucama morena y seductora. Invitados que se arraciman a la hora de comer y de beber en ese clima de largas vacaciones.Todo ello con los chismes y el correveidile que la autora pone con gracia y humor en boca del narrador, amante de la gente y de las plantas.

Irrumpe un Indiano (así se los llamaba a los que habían hecho dinero en América). Construye otra casa y él vigila, ya que crece otro jardín.

Y el mar, siempre el mar con aquel que lo pinta, los que patinan sobre el agua, el bote rojo y esa historia triste, una pasión desesperada que termina en la muerte.

La célebre escritora catalana tuvo una vida compleja. <<La vida difícil te humaniza>>, solía decir con sonrisa imperturbable y añadía: <<la felicidad se acaba a los 12 años>>.

Es que su padre le leía poemas cuando niña y su legendario abuelo solía llevarla a comprar plantas a un vivero. Un día, tomó el nombre de un rosal escrito en una pequeña madera que colgaba entre las espinas y en su lugar puso el suyo, Mercé Rodoreda.

En “Jardi vora el mar” Rodoreda, sobreviviente de la guerra civil española y de muchas batallas personales, rinde homenaje en estas páginas al misterio del amor y al idioma de la infancia.

En su excelente prólogo consigna Cristina Bajo: <<…es una novela corta que, sin embargo nos detiene el aliento. Es un relato deslumbrante, de esos que rara vez encontramos… casi atemporal… me llevó a preguntarme en qué época del siglo pasado sucedió pues lo histórico y las ideas políticas, dentro de un cierto realismo social que fluye con naturalidad, son cuidadosamente evitados. Lo cual como lectora de novelas y no de manifiestos, agradezco profundamente>>.



Gigliola Zecchin (mejor conocida como Canela), es una periodista cultural, escritora y editora italo-argentina. En TV condujo Colectivo imaginario (2001-2019). Como poeta publicó, entre otros, Paese (2001) y In movimento (2008).

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